«Cowspiracy»: opinión.

Desde el punto de vista estrictamente cinematográfico merece un aplauso la habilidad narrativa de este film, planteando una trama basada en el aporte continuo de datos científicos alternados con declaraciones de distintos expertos de organizaciones ecologistas y la significativa ausencia de otros. Todo esto ayuda a crear poco a poco la historia y el enfoque que se quiere dar, en un principio, a este documental, enganchando al espectador a esta historia de trepidantes averiguaciones en primera persona. Sin embargo, hacia el final del film se aprecia un giro inesperado en el tono de la narración. Empiezan a intercalarse imágenes con contenido gráfico explícito (sacrificios de animales, etc) con opiniones cada vez más basadas en un sentimiento emocional y menos en una base científica.

El planteamiento inicial es que la ganadería es insostenible. El documental se presenta desde el comienzo como un alegato racional, sin embargo, incoherentemente con esta idea que aparentemente motivó la realización del documental, se termina recurriendo a contenido moralizador. Y con esto no reniego de la posible versión ética desde la que se puede analizar este problema, simplemente resulta muy manipulador y bastante cínico captar espectadores con un discurso muy bien argumentado, para al final derruir el contenido defendido y sobreescribir el discurso. Muchos encontrarán en este final un remate perfecto a la historia, el final que da la justificación definitiva al por qué no debemos comer carne. Yo no comparto esa opinión.

Lo que desde el primer momento llamará la atención del espectador es que se aborda el veganismo desde un enfoque distinto a la tesis más conocida por todos. En realidad, el veganismo podría diferenciarse en tres ramas distintas: el ético, el dietético y el ambiental. Probablemente la principal razón que ha motivado a muchas personas a ser veganas (o vegetarianas) corresponda a la primera, la ética, el respeto a la vida de los animales. En este documental se estudia, sin embargo, la tercera posibilidad, la que expone que resulta insostenible para el planeta mantener una población creciente que consume cada vez más carne y otros productos de origen animal.

Muchos de los datos que se presentan en el documental verídicos y bastante alarmantes. La gran cantidad de agua que requieren la ganadería, el importante papel que desempeña en el cambio climático, mayor de lo que pensábamos. Toda una serie de datos muy interesantes y hasta cierto punto novedosos, ya que hasta hace unos años se centraba la atención en las actividades humanas, industriales y en el transporte, como causas directas del efecto invernadero, y parece que esto no es así exactamente.

La pregunta que nos puede surgir, sin embargo, es si se nos están aportando todos los datos o hay información de interés que se está omitiendo. Algunos de esos datos resultan más que interesantes. Entre las declaraciones que se hacen en este documental, una de ellas desbarata de pleno la idea de la ganadería ecológica como solución al problema. Esta ganadería, que se ha planteado como alternativa menos dañina para el medio ambiente y, al mismo tiempo, práctica menos lesiva para el bienestar de los animales, se basa entre otras cosas en el gran espacio natural del que disponen los animales. Sin embargo, como se expone en el documental, si pretendiésemos cubrir las necesidades de carne de toda la población mundial con este tipo de ganadería tendríamos que cubrir el planeta de pastos y de ganado, prescindiendo por tanto de todos los bosques y demás espacios naturales. Así pues esta opción no resulta factible.

El calentamiento global, mundialmente aceptado por la comunidad científica, muy a pesar de las teorías negacionistas; como bien sabemos todos, sería consecuencia de los gases de efecto invernadero. De acuerdo con este documental, el metano producido por las vacas como consecuencia normal de su digestión tendría un mayor peso en este calentamiento que el CO2. Este gas es resultado de la fermentación normal que ocurre como parte de la digestión de los rumiantes. Llama la atención que cuando se habla del metano que producen las vacas se haga siempre referencia a las flatulencias, cuando en realidad las vacas expulsan metano principalmente por medio de eructos, ya que es un gas que se produce en la fermentación ruminal y se expulsa vía oral. De hecho, el 97% de todo el gas metano que desprenden las vacas es liberado a través de eructos (dato extraído de este artículo). Incluso en el documental se cae en este error y se bromea con ello. Actualmente hay numerosos proyectos dedicados a encontrar una forma de reducir la emisión de este gas, cambiando la alimentación de las vacas o modificando su flora ruminal pero, este hecho, que manifiesta que la comunidad científica en verdad está preocupada por esa emisión de metano, es algo que se omite en el documental en el que se culpa a casi todas las organizaciones ecologistas de ocultar la importancia del metano. Parece que se han hecho avances en este aspecto, sin embargo, es cierto que la solución aún parece lejana.

Conforme avanza el documental se exponen otros hechos interesantes, pero también algunos cuestionables. Por ejemplo, se reduce toda la idea de la ganadería a la obtención de carne, cuando en realidad la producción ganadera tiene otros destinos, como puede ser la fabricación de cuero o incluso la producción de estiércol, uno de los problemas según este documental. Sin embargo, no se debe mirar únicamente en un sentido, pues hay que tener en cuenta que es precisamente este estiércol el que se utiliza para el abono del campo en el que se plantan los vegetales que luego forman parte de nuestra dieta. Un dato erróneo que se plasma en este documental es que los bosques son el pulmón del planeta. No es nada desdeñable la intención de proteger los bosques con esta declaración tan estricta pero, siendo honestos, el verdadero pulmón de este planeta son los océanos, particularmente el fitoplancton que habita en ellos. De hecho, los océanos son responsables de la generación de cerca del 50% de nuestro oxígeno, al tiempo que restauran la capa de ozono. Los bosques son importantes ecosistemas que hay que proteger, pero no hay que olvidar aquellos ecosistemas microscópicos que son igual de importantes.

Podríamos seguir analizando detalladamente todos estos datos, pero tampoco es cuestión de convertir esta opinión en una tesis interminable. Desde luego este documental resulta muy interesante y merece un estudio en profundidad debido al gran volumen de datos que se están manejando. Han aparecido numerosos análisis, críticas y revisiones sobre los datos expuestos en este documental, algunos a favor otros en contra y lo cierto es que ambos lados tienen argumentos lógicos y perfectamente respetables.

Pero en definitiva, yo considero que presentar el veganismo como única solución al problema es claramente una idea motivada por un sentimiento ético que no todos van a compartir y que contrasta con el espíritu científico expresado al inicio del documental. Por lo que se presenta en el documental, el veganismo universal podría ser una solución factible, pero, ¿la única?. No es menos destacable que es precisamente en este documental, aunque de forma accidental, que se manifiesta el posible verdadero problema: la superpoblación. La idea es bien sencilla: si fuéramos muchos menos, la demanda de carne sería mucho menor. Además, surge un problema ante la solución presentada en «Cowspiracy»: ¿es posible veganizar a toda la población? Y si lo consiguiéramos, ¿cuáles serían las verdaderas consecuencias? Si bien parece que el número de veganos y vegetarianos está aumentando, en la cara opuesta de la moneda tenemos una población en continuo crecimiento y cada vez con mayor poder adquisitivo, así las cosas, las previsiones dicen que el consumo de carne en el mundo aumentará en los próximos años. Por otro lado, la dieta vegana sigue siendo discutida por muchos y repudiada por otros. En Italia, por ejemplo, se estudia ilegalizar la imposición de dietas veganas a los niños. Está claro que esto es un reto de futuro que aún se está estudiando cómo afrontar. Dejar de comer carne podría ser efectivamente una solución que disminuyera el efecto sobre el cambio climático, pero hay muchas otras soluciones que se están investigando. Hay estudios que señalan la cría de insectos, como los grillos, como la solución al problema, disminuyendo el efecto perjudicial sobre el medio ambiente sin renunciar completamente a la proteína animal; otros apuntan más lejos hablando de carne sintética, fabricada en un laboratorio sin necesidad de que muera ningún animal; otros estudios buscan mejorar la eficiencia de la ganadería y un larguísimo etcétera.

He considerado que este documental es de interés veterinario dado que habla de un sector que nos afecta directamente, la ganadería, en la que trabajan gran número de profesionales veterinarios. Sinceramente, les invito a que vean el documental, pero no lo tomen como dogma, pues muchas de estas teorías merecen ser contrastadas.

Dicho lo cual quiero expresar mi más sincero respeto por la comunidad vegana y vegetariana y no quiero que se entienda mi opinión expresada en este blog como contraria a este movimiento sino, más bien, como mi opinión crítica con el material audiovisual presentado y mi, por naturaleza, escepticismo ante cualquier argumentario armado únicamente con datos que no muestren ninguna fisura en lo que exponen porque, por experiencia sabemos, que hay pocas verdades absolutas.

 

Para un análisis exhaustivo de todos los datos que se presentan en el documental les recomiendo el siguiente enlace:
https://cowspiracydatos.wordpress.com/2015/05/02/cowspiracy-el-secreto-de-la-sustentabilidad-datos-extraidos-del-documental/

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